Nada es permanente en la vida. Todo cambia
Estamos pasando por un gran cambio. (*)🌑🌗🌕
La vida de miles de millones de personas en este planeta ha cambiado radicalmente. Sin embargo, este no es, no fue y no será el último gran cambio que afrontaremos durante nuestra vida.
Hoy escribo esta reflexión personal desde Auroville, una comunidad en el sur de India. En este país de 1,300 millones de personas se lleva a cabo el confinamiento de personas de mayor proporción a nivel mundial.
1.3 millones de personas sin poder salir de sus casas – con algunas excepciones – y con la incertidumbre de no saber cuanto tiempo se puede extender.
Y así la vida de TODOS está cambiando.
Encerrados en nuestras casas, con la incertidumbre de compañera, debemos aprender a navegar en tiempos difíciles.
Por eso escribí este texto, para hacer una breve reflexión de lo que este momento nos puede enseñar y de cómo podemos aprender a enfrentarnos a un mundo en constante cambio.
…sobre las enseñanzas que nos deja este momento
Lo primero que podríamos interiorizar a partir de este momento, es algo que podemos observar en cualquier día “normal” de nuestras vidas y que constituye una verdad irrefutable:
Nada es permanente en la vida. Todo cambia.
Desde que interioricé este mensaje se convirtió en un principio, en una ley, en una verdad.
Sin duda todo está cambiando.
Puedo estar en un momento feliz, y al siguiente puede llegar la tristeza. Puedo tener hoy incertidumbre y mañana tendré certeza. Puede que ayer fuera un mal día y hoy haya sido un día espectacular. Lo que antes era una verdad para mi puede que hoy ya no lo sea.
La vida fluye como un río. La vida es dinámica, tiene movimiento.
La vida – que solo existe en el momento presente – no puede ser contenida. No puede permanecer estática. Por más que queramos el mundo, la humanidad, y nuestro interior van a cambiar constantemente.
Si nos quedamos paradas en este flujo, si hacemos mucha fuerza para mantenernos en el lugar en el que estamos, vamos a generar mucha tensión en nuestro interior. Esa tensión nos mantendrá separadas del río – viviendo en el pasado o en el futuro – y nos negará la gran posibilidad de disfrutar de cada momento como viene y como va.
¿Qué podemos hacer?
Podemos aprender a navegar en el río. Podemos soltar y aprender a dejarnos llevar.
En los siguientes días quiero utilizar este espacio para compartir algunas herramientas que pueden ser muy útiles a la hora de afrontar un mundo en constante cambio.
Por ahora quiero dejarte una pregunta y una reflexión.
1. ¿Cómo te ha impactado esta situación? - Qué has sentido, qué pensamientos vienen a la cabeza, qué es lo más difícil y que es lo mejor de este cambio
2. Tómate unos minutos para pensar sobre cómo has sentido que ha cambiado el tiempo en los últimos días. Escribe si sientes que tienes más tiempo o menos tiempo. Si sientes que el tiempo pasa más rápido o más despacio. Si sientes que piensas más en el pasado o más en el futuro o quizás estás más en el presente.
(*)Este texto lo escribí en medio del confinamiento declarado en India en el 2020